¿Qué son los DNS y qué hacen?:
Los
DNS son uno de los servicios más críticos en la Internet, sin ellos no podríamos acceder a la red. Cuando accedemos a un sitio específico, el tráfico comienza a originarse desde tu ordenador, pasa a través de tu ISP (proveedor de Internet), y luego por una serie de enrutadores intermediarios, hasta llegar al servidor de la web en cuestión. Es decir, la computadora de un usuario tiene su cliente
DNS que genera las peticiones con el objetivo de saber la dirección IP que corresponde al dominio al que se intenta acceder, si escribes en el navegador "
bloghotpoint.blogspot", tu navegador solicita la IP a un servidor. Los servidores
DNS contestan estas peticiones y le dicen al ordenador la IP del sitio, resolviendo la dirección.
Los
DNS son los traductores de la web.
Los DNS hacen el trabajo difícil por ti, pues sería imposible para la mayoría de los mortales recordar cientos de direcciones IP, y por eso utilizamos nombres de dominio como Google.com y Facebook.com. Los usuarios casi nunca nos comunicamos directamente con el servidor
DNS, sino que la resolución de los nombres la hacen las aplicaciones (navegador, cliente de correo, gestores de descarga, etc.).
La sintaxis de un DNS:
Todos los nombres de
DNS son escritos con una jerarquía específica que se divide en tres partes: El host (anfitrión o servidor), el dominio, y el dominio de nivel superior (Top Level Domain -TLD). Por ejemplo, en www.bloghotpoint.blogspot.com, www es el host, .bloghotpoint.blogspot es el dominio, y .com es el TLD. Todos los dominios necesitan estar registrados bajo un TLD, ya sea .org, .net, .com, etc. Un subdominio es opcional y va a la izquierda del nombre de dominio, el dueño del mismo es libre de crear subdominios y mantenerlos en el mismo servidor.
Cada dominio o subdominio tiene una o más zonas de autoridad que publican la información acerca del dominio y los nombres de servicios de cualquier dominio incluido. La jerarquía de las zonas de autoridad coincide con la jerarquía de los dominios. Al inicio de esa jerarquía se encuentran los servidores raíz: Los servidores que responden cuando se busca resolver un dominio de primer y segundo nivel.
El recorrido:
Cuando un usuario abre el navegador y escribe una dirección, se desencadenan una serie de eventos que aunque implican una cadena bastante larga de dominós, frente a tus ojos ocurren en apenas un instante.
Primero el ordenador revisa su propio caché de
DNS en busca de la dirección IP (si ya has entrado antes a un sitio, la segunda siempre es más rápida porque queda almacenado en la memoria caché o temporal), si no la consigue se reenvía la petición al servidor de
DNS local (este es usualmente el de tu ISP si nunca lo has cambiado).
Ahora los servidores
DNS locales verifican su propia caché para buscar la dirección IP y comprobar si ya conocen la respuesta, y si no lo consiguen entonces reenvían la petición a los servidores raíz del dominio (esto es lo que se conoce como búsqueda recursiva), y estos responden con la información.
Luego el servidor
DNS local reenvía la información que obtuvo de los servidores raíz con la dirección IP para el host, y almacena en caché la información para el futuro. La computadora del usuario hace lo mismo, y por último el navegador genera una petición HTTP al servidor WWW de unsitiowebcualquiera.com localizado en la dirección IP 001.000.000.111. El servidor WWW responde la petición y le envía la página web al usuario.
Todo gracias a los DNS.
Ref.: Bitelia.com
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