Durante la dinastía Tang, su Primer Ministro, era altamente respetado por el pueblo y considerado como un héroe nacional y líder militar.
Este hombre, no se dejaba influenciar por su fama, poder y riqueza y se consideraba a sí mismo como un humilde y devoto budista.
Con frecuencia visitaba a su maestro zen, con quien su relación era espléndida y pasaban ambos largas horas juntos.
Cierto día el Primer Ministro preguntó a su maestro:.
"Maestro, ¿qué es el egoísmo a la luz del budismo?".
A lo que su maestro le respondió gritando:.
"¿Qué tipo de pregunta estúpida es esta?".
El primer Ministro sorprendido por tal actitud de su maestro, respondió airado:.
"¿Cómo osa hablar así a un personaje tan importante como yo?".
A lo que el maestro respondió sonriendo:.
"Esto, Su Excelencia, es el egoísmo".
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Muy interesante, Juan Pedro, esa lectura. Está claro que no vemos nuestros defectos casi nunca. Estaría bien que alguien nos los hiciese notar, pero me creo que no lo admitiríamos...
ResponderEliminarUn abrazo.
... eso no es falta de humildad màs que egoìsmo?... yo pienso que
ResponderEliminares quien tiene y no comparte y bueee , hoy no serè egoista contigo
te voy a dar unos, bue dos, de mis muchos abrazos...
:)