El distraído tropezó con ella.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
David, mató a Goliat.
Y Michelangelo le sacó la más bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre...
No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento...
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
David, mató a Goliat.
Y Michelangelo le sacó la más bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre...
No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento...
El único que no la aprovechó fue el distraído.
ResponderEliminarSaludos.
Bello, bello!
ResponderEliminar¿Qué más puedo decir?
Realmente son palabras que llegan al alma, para poder crecer y madurar emocionalmente.
Besos:)
Maravilloso, alentador, sugerente artículo.
ResponderEliminarJá, me recordaste esa anécdota sobre el niño que miraba trabajar a Michelángelo y le preguntó al genial Maestro: ¿Cómo sabías que había un caballo dentro de la piedra?
Un enorme Abrazo para Vos, Juan Pedro Querido!