miércoles, 13 de febrero de 2008

El Sabio y el Niño.

En el lejano oriente había un sabio...
Este hombre tenía la sabiduría en plenitud...
Había dedicado toda su vida a tener esa sabiduría...

Pero, en el mismo lugar también había un niño...
Este niño quería engañar al viejito sabio...

Y para conseguirlo, tomaba diferentes objetos entre sus manitas, iba con el sabio y le decía:.

- A ver viejillo sabio, ¿qué tengo entre mis manos?.

El sabio con mucha paciencia le decía:.

- Sabes, tienes una piedrita roja.

El niño comenzó a desesperarse porque cada vez que se presentaba con este sabio, le adivinaba las cosas que tenía entre las manos:.

- Tienes una canica.
- Tienes una luciérnaga.
- Tienes una bolita blanca.

Pero, en una ocasión en que, el niño salía de estar con el sabio pensó.
Tengo que engañar a este sabio. Yo se que no es sabio, pero, cómo lo hago.

¡Ya se! buscaré un árbol y me subiré a él. Es lógico que en ese árbol encuentre un nido, pues bien, buscaré el nido. Obviamente en ese nido tendrá que haber pajaritos, pues bien, tomaré un pajarito entre mis manos e iré con el sabio y le preguntaré:.

A ver, viejillo sabio, ¿qué tengo entre mis manos?.
Como el dice que es un sabio me dirá: tienes un pajarito.

Entonces yo le preguntaré:.

¿Está vivo o está muerto?.

Si el me dice, está vivo, lo voy a comenzar a apretar hasta matarlo, abriré las manos y le diré, no, mira está muerto.

Pero si me dice, está muerto, entonces abro las manos y le digo, no, mira está vivo.

Ante estos pensamientos el niño se pone muy contento por poder engañar al sabio.

Y cuando a los niños se les mete algo a la cabeza hasta no lograrlo, no se detienen; así es que el pequeño busca el árbol, encuentra el nido, también encuentra el pajarito lo toma entre sus manos y...

- A ver viejillo sabio, ¿qué es lo que tengo entre mis manos?.

El viejito le responde:.

- Sabes, tienes un pajarito.

El niño, se pone contento por ver que el plan va viento en popa. Y le dice:.

- Es cierto. Yo se que tú eres un sabio grande, que nada es imposible para ti.

Que nadie en la tierra tiene esa sabiduría que sale por tus mismos poros, pero, dime:.

- ¿Está vivo o está muerto?.

El viejito sabio, conservando su serenidad, le dice: LA DECISIÓN ES TUYA.

2 comentarios:

  1. Había oído este relato en más de una ocasión, pero siempre que lo recuerdo, como fue el caso de hoy, me encanta, y me admiro de la sabiduría del anciano.
    Es cierto, la mayoría de las veces tenemos en nuestra mano la dirección de nuestos actos, y por extensión de nuestra vida!

    Cariños:)

    ResponderEliminar
  2. Amigo, ¡qué bonita es tu narración...! Es de suponer que cuando nuestras decisiones sean vitales, sepamos escoger la adecuada y que no sirvan para quedarnos por encima - como el aceite - de nadie ni de nada, cegados por la soberbia.

    Desde Valencia, España, un cordial saludo.

    ResponderEliminar

A raiz del Spam incesante, los comentarios están siendo moderados y serán publicados a la brevedad. Espero sepan disculpar las molestias. Gracias!!!

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails