miércoles, 16 de abril de 2008

Los sueños se escriben con Ñ



Hace apenas un poco más de dos días, el diario Clarín de Buenos Aires, inició una campaña online para que se permita incluir la letra Ñ en los nombres de los dominios nacionales de internet (ingresar al formulario).

Hasta el momento, se han recogido más de 5 mil firmas pero no sólo de Argentina sino de todo el mundo ya que, de alguna manera, todos los hispano-parlantes nos sentimos un poco discriminados por esta restricción que, tal vez en un tiempo pudiera haber sido razonable pero que hoy en día suena inexplicable.

Hace rato que los teclados la incorporan y ya no necesitamos teclear ALT 164 o ALT 165 como allá lejos, en el tiempo de los dinosaurios cibernéticos pero, aún sigue siendo una letra bastante "prohibida". Hasta en el iPhone podemos usarla, aunque no se encuentra en el teclado, se puede acceder a ella pulsando unos segundos sobre la tecla N.

En internet, en cambio, solo es posible usarla en algunos países para nombrar los dominios pero no para los nombres de las páginas. Es que las direcciones de las páginas web no las pueden contener y son reemplazadas por un patético guioncito o un jeroglifico inentendible.

La Ñ, dice la Wikipedia, es la decimoséptima letra del alfabeto español, no existe en el orden latino internacional, y es la decimosegunda consonante. Su nombre es femenino: la eñe.

La página, nos lleva una dirección absurda: http://es.wikipedia.org/wiki/

En caracteres HTML se expresan con lo códigos Ñ y ñ ó Ñ y ñ.

Lentamente, nos acorralan y nos obligan a descartarla, a inventar sustitutos, a evitarla como si fuera una leprosa. No importa, en el sur, seguiremos soÑando y listo.

Tal vez, este pequeÑo texto de María Elena Walsh sea algo así como una reivindicación:.

La eñe también es gente.

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe.

¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe!.

Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. ¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní?.

"La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones.

Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui.

A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos!.

Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania.

La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.

Letra es sinónimo de carácter.

¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.


Fuente: Vagabundia
Imagen: Necesaria

10 comentarios:

  1. mucha dulzura tiene hoy tu post...
    juan pedris amigo....yo no quiero que desaparezca la Ñ porque desaparecerian los sueños....los niños...huy los ñoquis...y quizas aparezcan los antoños.....}
    un besin juan oedris.....me encanto tu post!!!!!!!!1
    :D ÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑ

    ResponderEliminar
  2. Me ha parecido un post excelente, redondeado por el que has incluido de tu colega. Me parece una cruzada justa, una necesidad de combatir para no vernos privados de algo tan nuestro que nos permite nombrarnos. Voy a entrar en el enlace que has puesto y tratar de firmar. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  3. ¡Fenomenal la "Ñ" !Menos mal que ya se ha autorizado esta letra tan nuestra...!O al menos lo leí, pero por si acaso, voy a firmar...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Y claro que letra es sinonimo de caracter.Buen momento para llegar a tu casa,en algunas cosas avanzamos y en otras defender lo intrinsicamente puro,lo que forman las palabras que expresan lo que sentimos.
    Buen enlace ambos textos.

    Un abrazo

    Menta

    ResponderEliminar
  5. Mi muy querido Amigo:
    Tu blog siempre tiene ese apacible ambiente de charla y reflexión. A mi modo de ver, sólo le falta una barra con bebidas, con y sin alcohol para atender todos los casos. También voto a favor de que internet posibilite estos gratos placeres.

    Ahora sí, vamos con el post:
    Aparentemente esta "Guerra Cultural" estalló cuando la Unión Europea impulsó el proyecto de algunos fabricantes de computadoras
    que pretendían comercializar teclados sin la Ñ. Los autores que propusieran a España eliminar esta "antigüedad", se encontraron lógicamente primero con la Real Academia (RAE) y después con una disputa que dura hasta nuestros días.
    Inclusive muchos aseguran que simplemente fue un asunto comercial. Algunos fabricantes se dieron cuenta de que no habían incluído la Ñ en sus teclados y querían vender sus stocks.

    Lo cierto es que hoy la campaña por nuestra letra tiene mucha cobertura y adhesión popular. Precisamente Clarín publicó estas palabras del periodista, filósofo y escritor Miguel Wiñazki: "La Ñ ausente es una Ñ presente y agigantada desde su falta. Es extraño que no esté y por no estar se extraña su entrañable unicidad. A pesar de todo, la Ñ resiste desde su belleza y desde esa virgulilla superior que la vuelve entrañable y necesaria para colorear fonéticamente la cuadriculada barbarie de la lingüística ciberespacial argentina, aún unidimensional". "El propio Wiñazki sufre, desde que tiene correo electrónico, no poder usar los caracteres correctos de su apellido en su dirección de e-mail personal" dice el artículo.

    Y en verdad querido Juan Pedro, como dice una de las publicidades (hombre con mono en la espalda) NO ES LO MISMO Mono QUE Moño!


    Lo abrazo con muchísimo cariño querido amigo!!!!


    PD: ¿Ha notado usted los progresos de su alumna?

    ResponderEliminar
  6. Juan...pues definitivamente me uno para que esa letra Ñ no desaparesca...ya mismo voy al enlace y firmo...y seguiremos soÑando.



    besitos y mucha luz...

    ResponderEliminar
  7. Me uno a la causa por la EÑE...
    Creo que aún cuando el idioma sufre metamorfosis y cambios con las diferentes épocas y los modismos empleados según los lugares, existen reglas básicas gramaticales que nos permiten seguir comunicándonos con el mismo idioma.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Me parece muy buena tu tarjeta de presentación...Vengo a invitarte para que conozcas, a una persona que ocasiona todo tipo de daños en la blogosfera, sigue la ruta.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Mira lo que argumentó García Márquez con respecto a este tema:

    "Los autores de semejante abuso y de tamaña arrogancia deberían saber que la eñe no es una antigualla arqueológica, sino todo lo contrario: un salto cultural de una lengua romance que dejó atrás a las otras al expresar con una sola letra un sonido que en otras lenguas sigue expresándose con dos"

    ¿Cómo pasaría a llamarse España? ¿Espania? :(

    Besos

    ResponderEliminar
  10. Juan pedro: Muchas gracias por volver a visitar mi altillo...!!
    eL TEXTO DE mARÍA eLENA wALSH es fantástico y nos invita a pensar más allá de una letra...
    En estos tiempos en los cuales parece que lo más importante es que las cosas sean rá`pidas, CELERIDAD, RENDIMIENTO,INMEDIATEZ... EN DETRIMENTO DE TANTO...
    Mi abrazo y valoración por tu blog.!!

    ResponderEliminar

A raiz del Spam incesante, los comentarios están siendo moderados y serán publicados a la brevedad. Espero sepan disculpar las molestias. Gracias!!!

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails