miércoles, 13 de agosto de 2008

Una Historia Inolvidable



Edith Zirer, judía que vive en las afueras de Jaifa, cuenta cómo fue liberada del campo de concentración de Auschwitz cuando tenía 13 años de edad. Había pasado allí tres.

“Era una gélida mañana de invierno de 1945, dos días después de la liberación. Llegué a una pequeña estación ferroviaria entre Czestochowa y Cracovia. Me eché en un rincón de una gran sala donde había docenas de prófugos, todavía con el traje a rayas de los campos de exterminio”.

“Él me vio. Vino con una gran taza de té, la primera bebida caliente que probaba en varias semanas. Después me trajo un bocadillo de queso, hecho con un pan negro, exquisito. Yo no quería comer. Estaba demasiado cansada. Me obligó”.

“Luego me dijo que tenía que caminar para poder subir al tren. Lo intenté, pero me caí al suelo. Entonces me tomó en sus brazos y me llevó durante mucho tiempo, kilómetros, a cuestas, mientras caía la nieve”.

Recuerdo su chaqueta de color marrón y su voz tranquila que me contaba la muerte de sus padres, de su hermano, y me decía que también él sufría, pero que era necesario no dejarse vencer por el dolor y combatir para vivir con esperanza.

Su nombre quedó grabado para siempre en mi memoria: Karol Wojtyla





“Quisiera hoy darle las "gracias" desde lo más profundo de mi corazón”.

¡Qué maravillosa historia de esperanza!.

Por si alguno no sabe quién es… él fue nuestro maravilloso Papa Juan Pablo II.

Cómo podemos no dar gracias por tan maravilloso Papa que nos dio Dios, y que luchó hasta el final de sus días como le dijo a aquella niña...



“La única tragedia que nos puede pasar es no ser santos”.

3 comentarios:

  1. No podía ser de otra forma, una persona que ama a Cristo y sigue su senda, no puede dejar de mostrar amor y compasión, estando presto para socorrer al afligido.

    Un bello homenaje a un gran hombre!
    Merecido!

    Gracias amigo Juan Pedro por recordarnos la importancia de hacer el bien en cualquier circunstancias de nuestra vida.

    Un gran abrazo:)

    ResponderEliminar
  2. Amiga Sibyla:

    Gracias amigo Juan Pedro por recordarnos la importancia de hacer el bien en cualquier circunstancias de nuestra vida.

    Es lo que mamé siendo muy pequeño desde mi hogar a través de mis padres, pasando por los docentes tanto de primaria y segundaria -estudios que cursé en privados religiosos- siguiendo por los buenos consejos de mis profesores universitarios y aun hoy, los de mis amigos más íntimos.

    La vida es un dar, dar siempre... sin esperar recibir nada a cambio...

    Un beso enorme para ti apreciada amiga.

    ResponderEliminar
  3. También inolvidable artículo, Juan Pedro!

    Juan Pablo II fue "mi Papa", y por supuesto la calidad del posesivo es porque cuando las personas nos llegan allí, al más recóndito lugar, nos pertenecen para siempre en el corazón.

    Y este hombre se quedó para siempre en el mío.

    Otra vez -permitime- agradecerte por esta historia que si bien conocía, leería cientos de veces con la misma emoción.

    Abrazos y más abrazos para Vos!

    ResponderEliminar

A raiz del Spam incesante, los comentarios están siendo moderados y serán publicados a la brevedad. Espero sepan disculpar las molestias. Gracias!!!

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails