Hace dos décadas, Sir Timothy John "Tim" Berners-Lee creó un servicio que muchos en todo el mundo consideran de primera necesidad en la sociedad actual: la web.
"Inventé la web sólo porque la necesitaba, porque era muy frustrante que no existiera", le dijo el informático teórico británico a la BBC.
Y creó, hace dos décadas, nada menos que la World Wide Web, o más conocido como la web, un sistema de documentos de hipertexto enlazados que son accesibles a través de internet.
"Yo estaba en el CERN (Consejo Europeo de Investigación Nuclear), un ambiente emocionante, con gente de varios países, gente que venía de distintas universidades y trabajaba para diferentes personas. Y todos tenían distintos tipos de computadoras, distintos tipos de software. Su documentación estaba en sistemas diferentes".
Berners-Lee se dio cuenta de la carencia de un soporte donde todos los usuarios, independientemente del sistema que utilizaran, pudieran tener acceso a una misma información.
"Cuando yo quería hacer mi trabajo tenía que construir un programa que hiciera que un sistema hablara con el otro. Tenía que averiguar cómo funcionaba cada uno y después cómo funcionaba la infraestructura, porque todo estaba en diferentes computadoras. Así que la idea de la web era como un lugar donde todos pudiéramos tener todas estas cosas disponibles".
Sentado en el escritorio de tu oficina con los ojos en la pantalla y la mano constantemente activa encima del ratón, es difícil ahora imaginar cómo hacer tu trabajo sin la facilidad de tener toda la información que necesitas al alcance de un clic.
Parte de nuestra vida.
Algo que ahora parece tan rutinario planteaba muchas complicaciones hace 20 años, cuando no existía la comodidad de la red.
"En el CERN, antes de la web, había sistemas a los que uno tenía que conectarse en forma individual. No podías conseguir información de un lugar al mismo tiempo que lo hacías de otro. Tenías que sacar información de un sistema y escribirla en el reverso de un sobre y después ir a otro sistema e ingresar ahí la información".
Con ese nuevo sistema de red, un mismo usuario podía acceder a cualquier documento desde cualquier sistema, máquina o software, haciendo mucho más fácil la tarea de los usuarios, y aprovechando mucho más el tiempo de trabajo.
"Sólo había que darse cuenta que se requería un pequeño programa en cada sistema para convertirlos en la web, para lograr que aunque los documentos estuvieran en sistemas diferentes, también aparecieran en la web. E incluso aunque decían que eran sólo sistemas de ayuda, también aparecían en la web y podías vincular ambas cosas. Claramente iba a ser un éxito, por lo que valía la pena invertirle un poco de tiempo".
Y qué éxito. A día de hoy, existen unos 1.500 millones de personas que usan la web a diario como herramienta imprescindible para trabajar, buscar un buen sitio para comer o pasar las vacaciones, o simplemente para estar en contacto con sus amigos.
"Inventé la web sólo porque la necesitaba, porque era muy frustrante que no existiera", le dijo el informático teórico británico a la BBC.
Y creó, hace dos décadas, nada menos que la World Wide Web, o más conocido como la web, un sistema de documentos de hipertexto enlazados que son accesibles a través de internet.
"Yo estaba en el CERN (Consejo Europeo de Investigación Nuclear), un ambiente emocionante, con gente de varios países, gente que venía de distintas universidades y trabajaba para diferentes personas. Y todos tenían distintos tipos de computadoras, distintos tipos de software. Su documentación estaba en sistemas diferentes".
Berners-Lee se dio cuenta de la carencia de un soporte donde todos los usuarios, independientemente del sistema que utilizaran, pudieran tener acceso a una misma información.
"Cuando yo quería hacer mi trabajo tenía que construir un programa que hiciera que un sistema hablara con el otro. Tenía que averiguar cómo funcionaba cada uno y después cómo funcionaba la infraestructura, porque todo estaba en diferentes computadoras. Así que la idea de la web era como un lugar donde todos pudiéramos tener todas estas cosas disponibles".
Sentado en el escritorio de tu oficina con los ojos en la pantalla y la mano constantemente activa encima del ratón, es difícil ahora imaginar cómo hacer tu trabajo sin la facilidad de tener toda la información que necesitas al alcance de un clic.
Parte de nuestra vida.
Algo que ahora parece tan rutinario planteaba muchas complicaciones hace 20 años, cuando no existía la comodidad de la red.
"En el CERN, antes de la web, había sistemas a los que uno tenía que conectarse en forma individual. No podías conseguir información de un lugar al mismo tiempo que lo hacías de otro. Tenías que sacar información de un sistema y escribirla en el reverso de un sobre y después ir a otro sistema e ingresar ahí la información".
Con ese nuevo sistema de red, un mismo usuario podía acceder a cualquier documento desde cualquier sistema, máquina o software, haciendo mucho más fácil la tarea de los usuarios, y aprovechando mucho más el tiempo de trabajo.
"Sólo había que darse cuenta que se requería un pequeño programa en cada sistema para convertirlos en la web, para lograr que aunque los documentos estuvieran en sistemas diferentes, también aparecieran en la web. E incluso aunque decían que eran sólo sistemas de ayuda, también aparecían en la web y podías vincular ambas cosas. Claramente iba a ser un éxito, por lo que valía la pena invertirle un poco de tiempo".
Y qué éxito. A día de hoy, existen unos 1.500 millones de personas que usan la web a diario como herramienta imprescindible para trabajar, buscar un buen sitio para comer o pasar las vacaciones, o simplemente para estar en contacto con sus amigos.
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