El doctor le pide una muestra de esperma a un hombre de 85 años. Como parte de su chequeo anual, le da un frasco y le dice:
“Lleve este frasco a casa y tráigalo mañana con la muestra de esperma”.
Al día siguiente el hombre de 85 años vuelve al consultorio del doctor y le entrega el frasco tan vacío y limpio como el día anterior.
Ante la lógica pregunta del doctor, el hombre explica:
“Primero intenté cumplir el cometido con mi mano derecha… y nada… Después traté con mi mano izquierda… y nada…
Entonces le pedí ayuda a mi esposa… Ella trató con su mano derecha… después con su mano izquierda y aún con las dos manos... y nada...
Ahí fue cuando ella me dijo:
¡Ya sé!... Probó con su boca… con los dientes puestos… después se sacó los dientes y le dio mordisquitos suaves… y aún nada…
Apareció mi suegra y dijo:
“¿A mí me van a enseñar?...
Probó un buen rato en posiciones distintas y cada vez más estrafalarias… y no hubo caso…
“Incluso llamamos a Susi, la vecina de al lado. Y ella, que tiene mucha confianza conmigo, también trató, primero con las dos manos, luego debajo del brazo y hasta apretando entre sus rodillas… pero aún nada”.
El médico casi en estado de shock dijo:
¿Usted se animó a pedírselo a su suegra y a su vecina?...
Y el viejo contestó:
“¡¡¡Sí doctor... ninguno de nosotros pudo abrir el frasco!!!”...
“Lleve este frasco a casa y tráigalo mañana con la muestra de esperma”.
Al día siguiente el hombre de 85 años vuelve al consultorio del doctor y le entrega el frasco tan vacío y limpio como el día anterior.
Ante la lógica pregunta del doctor, el hombre explica:
“Primero intenté cumplir el cometido con mi mano derecha… y nada… Después traté con mi mano izquierda… y nada…
Entonces le pedí ayuda a mi esposa… Ella trató con su mano derecha… después con su mano izquierda y aún con las dos manos... y nada...
Ahí fue cuando ella me dijo:
¡Ya sé!... Probó con su boca… con los dientes puestos… después se sacó los dientes y le dio mordisquitos suaves… y aún nada…
Apareció mi suegra y dijo:
“¿A mí me van a enseñar?...
Probó un buen rato en posiciones distintas y cada vez más estrafalarias… y no hubo caso…
“Incluso llamamos a Susi, la vecina de al lado. Y ella, que tiene mucha confianza conmigo, también trató, primero con las dos manos, luego debajo del brazo y hasta apretando entre sus rodillas… pero aún nada”.
El médico casi en estado de shock dijo:
¿Usted se animó a pedírselo a su suegra y a su vecina?...
Y el viejo contestó:
“¡¡¡Sí doctor... ninguno de nosotros pudo abrir el frasco!!!”...
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