Cuando uno sale a caminar por los bosques o selvas, haciendo su propio camino, puede perderse fácilmente. En cambio, cuando uno sigue un camino es muy probable que llegue a su destino sin dificultad. La palabra obvio indica algo claro, que no presenta dificultad y proviene del latín obvius compuesto de ob (hacia) y vía (camino).
El adjetivo latino obvius viene de un adverbio obviam, compuesto de vía “camino” y el prefijo ob- “delante de, frente a” (por ej., op-ponere “poner enfrente”). Obviam ire se empleaba en latín en el sentido de “salir al paso, de poner freno a algo o a alguien”. De ahí el adjetivo obvius “que está enfrente, que sale al encuentro”, y también “al alcance de la mano, asequible”. En latín no tenía el sentido actual de “evidente, claro”. El cultismo obvio en castellano está documentado sólo desde el año 1739. De obvio se deriva el verbo obviar “apartar o quitar de en medio un obstáculo o dificultad”.
Algo más...
Podemos contestar ¡OBVIO! o tener estas respuestas parecidas que son más divertidas. ¡A estudiarlas por favor!
Cuando te ven acostado, con los ojos cerrados en tu cama, con la luz apagada y preguntan:
¿Estás durmiendo?
¡NO, ME ESTOY ENTRENANDO PARA MORIR!
Cuando llevamos un aparato electrónico para reparar y preguntan:
¿Está con algún problema?
¡¡¡NO, EL APARATO ESTABA CANSADO DE ESTAR EN CASA Y LO SAQUÉ A PASEAR UN RATO!!!
Cuando está lloviendo y se dan cuenta que vas a salir en medio del agua y preguntan:
¿Vas a salir con ésta lluvia?
¡NO, VOY A SALIR CON LA PRÓXIMA!
Cuando terminas de levantarte y vienen a preguntarte:
¿Te despertaste?
¡NO, SOY SONÁMBULO!
Tu amigo llama a tu casa y pregunta:
¿Dónde estás?
¡EN EL POLO NORTE! ¡UN TORNADO ME LLEVÓ LA CASA PARA ALLÁ!
Terminas de tomar un baño y no falta quien te diga:
¿Te bañaste?
¡NO, ESTOY HACIENDO CAZA SUBMARINA EN EL INODORO!
Estás frente al ascensor de tu casa, con una caja que te dobla por el peso, colorado como huevo de ciclista, llega alguien y te pregunta:
¿Vas a subir?
¡NO, NO, ESTOY ESPERANDO QUE BAJE EL DEPARTAMENTO!
El hombre llega a la casa de su novia con un fabuloso ramo de flores y ella le dice:
¿Flores?
¡NO, NO!... ¡SON ZANAHORIAS!
Estás en el baño cuando alguien golpea la puerta y pregunta:
¿Hay alguien?
¡NO!... ¡SOY EL SORETE QUE APRENDIÓ A HABLAR!
Un tipo entrando en una veterinaria.
¿Tiene veneno para ratas?
¡Tenemos!. ¿Lo va a llevar? Preguntan.
¡NO, VOY A TRAER A LOS RATONES PARA QUE COMAN ACÁ!
Un tipo toma con sus manos una lapicera y un talonario de cheques.
¿Va a pagar con cheque?
¡NO, VOY A ESCRIBIR UN POEMA EN ESTA HOJITA!
Caña de pescar en la mano, línea en el agua, estado sentado.
¿Aquí se pesca?
¡NO!... ¡ACÁ HAY VIZCACHAS, PELUDOS, LIEBRES Y PERDICES... LOS PESCADOS ACOSTUMBRAN SALIR EN EL MONTE!
El adjetivo latino obvius viene de un adverbio obviam, compuesto de vía “camino” y el prefijo ob- “delante de, frente a” (por ej., op-ponere “poner enfrente”). Obviam ire se empleaba en latín en el sentido de “salir al paso, de poner freno a algo o a alguien”. De ahí el adjetivo obvius “que está enfrente, que sale al encuentro”, y también “al alcance de la mano, asequible”. En latín no tenía el sentido actual de “evidente, claro”. El cultismo obvio en castellano está documentado sólo desde el año 1739. De obvio se deriva el verbo obviar “apartar o quitar de en medio un obstáculo o dificultad”.
Algo más...
Podemos contestar ¡OBVIO! o tener estas respuestas parecidas que son más divertidas. ¡A estudiarlas por favor!
Cuando te ven acostado, con los ojos cerrados en tu cama, con la luz apagada y preguntan:
¿Estás durmiendo?
¡NO, ME ESTOY ENTRENANDO PARA MORIR!
Cuando llevamos un aparato electrónico para reparar y preguntan:
¿Está con algún problema?
¡¡¡NO, EL APARATO ESTABA CANSADO DE ESTAR EN CASA Y LO SAQUÉ A PASEAR UN RATO!!!
Cuando está lloviendo y se dan cuenta que vas a salir en medio del agua y preguntan:
¿Vas a salir con ésta lluvia?
¡NO, VOY A SALIR CON LA PRÓXIMA!
Cuando terminas de levantarte y vienen a preguntarte:
¿Te despertaste?
¡NO, SOY SONÁMBULO!
Tu amigo llama a tu casa y pregunta:
¿Dónde estás?
¡EN EL POLO NORTE! ¡UN TORNADO ME LLEVÓ LA CASA PARA ALLÁ!
Terminas de tomar un baño y no falta quien te diga:
¿Te bañaste?
¡NO, ESTOY HACIENDO CAZA SUBMARINA EN EL INODORO!
Estás frente al ascensor de tu casa, con una caja que te dobla por el peso, colorado como huevo de ciclista, llega alguien y te pregunta:
¿Vas a subir?
¡NO, NO, ESTOY ESPERANDO QUE BAJE EL DEPARTAMENTO!
El hombre llega a la casa de su novia con un fabuloso ramo de flores y ella le dice:
¿Flores?
¡NO, NO!... ¡SON ZANAHORIAS!
Estás en el baño cuando alguien golpea la puerta y pregunta:
¿Hay alguien?
¡NO!... ¡SOY EL SORETE QUE APRENDIÓ A HABLAR!
Un tipo entrando en una veterinaria.
¿Tiene veneno para ratas?
¡Tenemos!. ¿Lo va a llevar? Preguntan.
¡NO, VOY A TRAER A LOS RATONES PARA QUE COMAN ACÁ!
Un tipo toma con sus manos una lapicera y un talonario de cheques.
¿Va a pagar con cheque?
¡NO, VOY A ESCRIBIR UN POEMA EN ESTA HOJITA!
Caña de pescar en la mano, línea en el agua, estado sentado.
¿Aquí se pesca?
¡NO!... ¡ACÁ HAY VIZCACHAS, PELUDOS, LIEBRES Y PERDICES... LOS PESCADOS ACOSTUMBRAN SALIR EN EL MONTE!
“Como la velocidad de la luz es mayor que la del sonido, ciertas personas parecen brillantes antes de que escuchemos las pelotudeces que dicen”. Sabio Anónimo.
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