El diez sugiere el fin de un ciclo y el comienzo de otro.
Claro, es el número base del sistema decimal. Por eso las crisis de los 30, de los 40, de los 50. A nadie se le ocurriría plantear la crisis de los 37 años o de los 44.
Diez es el primer número que reúne dos dígitos: El que refleja la unidad y el que representa la nada.
Es la nota máxima posible en los exámenes.
Es la puntuación más alta en competencias olímpicas.
El diezmo era el tributo que se pagaba a la iglesia o al rey.
En las barajas, del uno al diez llevan número y se grafican con la respectiva cantidad de elementos correspondientes a cada palo. Después del diez vienen las figuras.
Según el tarot, el diez simboliza la rueda de la fortuna y por lo tanto, la evolución.
Contábamos hasta diez para jugar a las escondidas, nos cantaron hasta hartarnos la canción infantil “Eran diez indiecitos” y leímos obligadamente “Rosaura a las diez”.
Todos los relojes en los avisos publicitarios marcan las diez y diez.
Jesús limpió diez leprosos.
Egipto soportó diez plagas.
Los mandamientos son diez y generalmente las normas se compilan en decálogos.
Y para colmo, en este año decimal celebramos -en “Argentina”- la “Revolución de Mayo” en su Bicentenario.
El año termina para nosotros en diciembre, que si bien es el duodécimo, lleva el nombre de diez, por eso diciembre. Es que para los romanos el año se iniciaba en marzo.
Precisamente entre los romanos, el cinco es la “V” porque es el esquema gráfico de una sola mano, y el diez es la “equis”, que junta dos “V” por su vértice y representa las dos manos. Es por eso que diez en números romanos se escribe con una X.
Y ya que la X en matemática es siempre la incógnita a despejar, no tengamos dudas de que el año que empieza nos va a ser inmensamente favorable. Individualmente y en conjunto.
Y vamos a gambetear todas las adversidades a la manera de Maradona o Messi, los mejores diez del mundo.
Démosle al año que empieza la mejor bienvenida, al modo del pueblo Mapuche, cuyo saludo es “Marí, Marí”. Marí es el número diez.
¡Ah! Casi me olvido: “Dos mil diez” tiene diez letras.
Vaya curiosidades numéricas, ¿verdad?...
Claro, es el número base del sistema decimal. Por eso las crisis de los 30, de los 40, de los 50. A nadie se le ocurriría plantear la crisis de los 37 años o de los 44.
Diez es el primer número que reúne dos dígitos: El que refleja la unidad y el que representa la nada.
Es la nota máxima posible en los exámenes.
Es la puntuación más alta en competencias olímpicas.
El diezmo era el tributo que se pagaba a la iglesia o al rey.
En las barajas, del uno al diez llevan número y se grafican con la respectiva cantidad de elementos correspondientes a cada palo. Después del diez vienen las figuras.
Según el tarot, el diez simboliza la rueda de la fortuna y por lo tanto, la evolución.
Contábamos hasta diez para jugar a las escondidas, nos cantaron hasta hartarnos la canción infantil “Eran diez indiecitos” y leímos obligadamente “Rosaura a las diez”.
Todos los relojes en los avisos publicitarios marcan las diez y diez.
Jesús limpió diez leprosos.
Egipto soportó diez plagas.
Los mandamientos son diez y generalmente las normas se compilan en decálogos.
Y para colmo, en este año decimal celebramos -en “Argentina”- la “Revolución de Mayo” en su Bicentenario.
El año termina para nosotros en diciembre, que si bien es el duodécimo, lleva el nombre de diez, por eso diciembre. Es que para los romanos el año se iniciaba en marzo.
Precisamente entre los romanos, el cinco es la “V” porque es el esquema gráfico de una sola mano, y el diez es la “equis”, que junta dos “V” por su vértice y representa las dos manos. Es por eso que diez en números romanos se escribe con una X.
Y ya que la X en matemática es siempre la incógnita a despejar, no tengamos dudas de que el año que empieza nos va a ser inmensamente favorable. Individualmente y en conjunto.
Y vamos a gambetear todas las adversidades a la manera de Maradona o Messi, los mejores diez del mundo.
Démosle al año que empieza la mejor bienvenida, al modo del pueblo Mapuche, cuyo saludo es “Marí, Marí”. Marí es el número diez.
¡Ah! Casi me olvido: “Dos mil diez” tiene diez letras.
Vaya curiosidades numéricas, ¿verdad?...
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